miércoles, 7 de mayo de 2014
Fragmento de "En primera persona"
"(...) Hablar, explicar, poner en palabras. Callar, ocultar, hacer silencio. Malditas palabras cuando se nos quedan atragantadas. Malditas palabras que se quedan cortas cuando necesitamos definir lo que nos pasa. Malditas palabras que no pueden ponerle nombre a tanto sufrimiento. Malditas palabras que construyen muros donde debiera haber puentes. Malditas palabras que se ocultan detrás de este maldito silencio que enmudece gritos que debieran ser gritados. Me miraste y me dijiste que harías cualquier cosa por arrancarme ese dolor del lugar donde se me había arraigado. Dijiste que querías hacer que parara de llover adentro mío, "porque esas lágrimas eran gotas de lluvia no llovidas en su momento". Y yo que no podía parar de llover. Y yo que no tenía consuelo. Y yo que repetía que no importaba, que estaba bien, que ya estaba acostumbrada, que ya iba a pasar. Y vos que te enojabas con mi resignación. Y vos que me decías que ibas a dedicarte a hacer que me desagotara y me llorara entera. Y yo que no podía, que si fuera tan fácil, que estaba cansada, que me sentía sola, que te necesitaba. Entre tanto silencio, por fin, estaba pidiendo socorro. Y vos que no estás sola, que ¿no me ves acá a tu lado?, que siempre voy a estar con vos, que te quiero. Entre tanta indiferencia, por fin, me estabas queriendo. -"Dije que te quiero ¿escuchaste? ¡Te-quie-ro!", gritaste. Y yo levanté la mirada y me sentí a salvo cuando te vi. Y vos te acercaste y secaste mis lágrimas con tu boca. Y cada beso que me dabas, me iba aliviando. Entre tanto dolor, por fin, mi corazón empezaba a sanar. Y cada beso que nos dábamos, levantaba barreras, despejaba cielos tormentosos, abría puertas y ventanas, cerraba y curaba heridas ya encarnadas. Entre tanta soledad, por fin, nos estábamos amando (...)"
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